En este artículo te hablo de mi experiencia con productos químicos, que nos ayudan mucho en las tareas de mantenimiento industrial, tanto rutinarias o programadas, como en la reparación de averías o reconstrucción de piezas y superficies.
Hace ya bastantes años que trabajé por primera vez como técnico de mantenimiento industrial.
Era una empresa creada por personas ajenas al sector, que progresaron rápidamente gracias a que el mercado estaba en pleno crecimiento.
Esto hizo que el tema del mantenimiento también fuera creciendo de forma improvisada.
Aunque más que mantenimiento, se trataba de estar “apagando fuegos”, por lo que el preventivo era inexistente.
Muchas averías, más que repararse, se parcheaban
La prioridad era que las máquinas pudieran producir, y si se rompía un tornillo y no había otro que sirviera, se soldaban las piezas y arreglado.
Lo peor es que no se tomaba como una reparación de emergencia, para solucionarlo correctamente lo antes posible.
Una vez que se ponía el parche, se consideraba que todo había quedado resuelto, y se olvidaba para siempre, o hasta que volviese a fallar.
Así una y otra vez.
El resultado es que las máquinas fallaban cada vez más, y cada vez se dedicaban más recursos, con peores resultados.
En la corta época que estuve trabajando para esa empresa, conseguimos hacer un cambio de rumbo.
En ese tiempo coincidimos varios compañeros que teníamos experiencia en “hacer las cosas bien”.
Cada uno aportaba su conocimiento, y como veníamos de sectores distintos, nos complementábamos muy bien.
Manolo llevaba toda la vida reparando motores y automatizando máquinas, en varios sectores industriales, como el naval, caucho, tabaco…
Antonio era un tornero de oficio, de esos que empiezan como aprendices siendo niños, y son capaces de decirte el tipo de hierro que está tocando, solo con rascarlo con una lima.
A mí se me dio bastante bien todo el tema de sensores y actuadores, por mi experiencia en electrónica y electricidad.
Después se fue Manolo y entró Juan, con mucha experiencia en climatización y mecánica, aportando soluciones a algunos problemas que no habíamos sido capaces de resolver por falta de conocimientos.
Así, entre todos reconstruimos un montón de máquinas, implantamos un sistema de mantenimiento preventivo, y redujimos las averías notablemente.
No solo eso, sino que prácticamente dejó de venir personal externo para reparaciones.
Conseguimos incluso implantar un plan preventivo con bastante éxito, para los obstáculos que teníamos.
Casi todo lo hacíamos nosotros.
Incluso la puesta en marcha de una nueva línea, para lo que tuvimos que desmontar media nave y elevar el tejado hasta más de 25 metros, la hicimos nosotros en gran parte.
Aunque evidentemente no podíamos con todo, y ahí se externalizó una gran parte del trabajo, nos encargamos de mover instalaciones, adaptar algunas estructuras, montar toda la iluminación, extracción de aire, y otros detalles importantes.
¿Por qué te cuento todo esto, si se supone que voy a hablar de productos químicos?
Quiero que te hagas una idea del volumen de trabajo que teníamos, a pesar de ser poca gente, y de tener un taller muy precario.
En el taller, teníamos las herramientas mínimas para hacer el trabajo con cierta comodidad.
Muchas veces teníamos que pedir herramientas o útiles prestados a otras empresas de la zona.
Suerte que era una ciudad pequeña donde todos los grandes y medianos empresarios se conocían.
La cuestión es que a nivel de productos químicos estábamos “en pañales”.
Teníamos dos o tres tipos de aceite, y cuatro o cinco de grasa, contando antigripante o anticalórica, imprescindibles para el tipo de maquinaria de esa fábrica.
Para la limpieza usábamos desengrasante y disolvente universal, los típicos de droguería, y nos costaba la vida que nos dejaran comprar guantes, brochas o mascarillas.
Aunque la directiva siempre se quejaba de las fugas en la instalación de aire comprimido, que tenía cientos de metros de tubería y ramificaciones, usábamos cinta de teflón “de toda la vida”.
Lo más avanzado que teníamos era el fijador de roscas LOCTITE, que escondíamos para que no se “perdiera”.
La verdad es que se me hizo muy dura aquella época.
Aunque empecé con muchas ganas, porque era un sector nuevo para mí, y cada día aprendía un montón, mi trabajo era cada vez más deprimente.
Imagina tener que acudir a la fábrica un sábado por la tarde porque una línea se ha quedado parada, y ver que la culpa es de un rodamiento taiwanés, que costaba un par de euros menos que el alemán y se había montado pocas semanas atrás.
Línea parada hasta el lunes por no haber repuestos, miles de euros de producción perdida, sabiendo que no era la primera vez, ni sería la última.
Además del mal rollo de haber roto los planes con la familia o amigos.
Cometo muchos errores, pero siempre intento aprender de ellos
Por eso, cuando al cabo de bastante tiempo empecé a trabajar por mi cuenta, tuve claro que la calidad de materiales era primordial.
Poco a poco fui equipando mi taller con lubricantes, fijadores, adhesivos, y productos de todo tipo, según los iba necesitando para mis clientes.
Muchas piezas de repuesto se quedan almacenadas sin utilizarlas, pero los productos químicos suelen entrar y salir de la caja de herramientas habitualmente.
Es más, al principio llevaba una caja de herramientas llena de productos químicos, y más tarde tuve que añadir otra.
En una llevaba lubricantes (con grasa de varios tipos, aceites sintéticos, demoldantes de silicona, de teflón, para máquinas alimentarias, multiusos…) y otra para adhesivos (epoxis, para metales…), selladores para reductoras, de alta temperatura, para fontanería, fijadores de roscas, de ejes, limpiadores, cintas de cuatro o cinco tipos…
De hecho, en muchas empresas a las que iba a reparar alucinaban con todo lo que llevaba, porque en muchos casos eran productos que ellos nunca habían usado.
Ahora puedo afirmar con seguridad que trabajar teniendo el producto adecuado para cada situación facilita el trabajo y mejora muchísimo los resultados.
A medida que voy conociendo nuevos productos, recuerdo situaciones donde podría haberlos aplicado.
Si hubiera tenido esos materiales, podría haber solucionado muchos problemas con más eficacia y durabilidad.
Por eso, aunque actualmente casi no reparo y me dedico al 100% a la formación, intento aprender todo lo que puedo sobre materiales y productos químicos.
El mundo avanza rápido, y nunca se sabe cuándo aparecerá una situación complicada, donde ese conocimiento suponga una solución sencilla.
Si alguien está dispuesto a enseñarte algo útil, aprovecha la ocasión
Si tienes la posibilidad de aprender algo fácil y rápido que te pueda servir en tu trabajo, hazlo, que seguro que algún día te alegras.
Es una de las lecciones que me ha dado mi profesión.
Por eso estoy siempre alerta, y cuando surge la oportunidad no la desperdicio.
Por ejemplo, mientras escribo esto, faltan pocos días para un webinar de LOCTITE, donde se hablará de soluciones para problemas que me he encontrado muchas veces.
En una hora aportan mucha información valiosa, que se puede aplicar en muchas situaciones.
Será el próximo día 7 de junio de 2018, así que si lees esto antes estás a tiempo de asistir.
Es online y gratuito, por lo que puedes verlo desde tu casa o en el trabajo.
Solo tienes que inscribirte haciendo clic en este enlace:
https://attendee.gotowebinar.com/register/4929660773402697987?source=fidestec
Los amigos de LOCTITE siempre comparten información muy práctica, por eso te lo cuento en la newsletter.
Si asistes, me gustaría que dejaras aquí debajo tu opinión.
También si quieres que busque otras formaciones de este tipo y te mantenga informado, cuéntame sobre qué te gustaría aprender.
Cuéntame en qué situación te encuentras
¿Tienes los materiales y herramientas adecuados para hacer bien tu trabajo?
¿Alguna vez has tenido que trabajar con tantos obstáculos como tuve yo?
Espero tu comentario aquí debajo.
campanas industriales dice
Al principio no entendi para que tan larga introduccion, despeus me termine dando cuenta y sin duda las experiencias de vida terminan forjando a uno como profesional y como persona de uno depende tambien .
astolfo Diaz Cardenas dice
buenas tardes, amigo eugenio, me place saludarte , lo mio es lo siguiente, soy pensionado sigo trabajando como asesor comercial de productos químicos , para mantenimiento industrial, pero a veces me piden lo que la compañía no vende y eso me preocupa , porque pierdo clientes, yo quiero vender de mi cuenta partes de sus productos, estoy registrado en la Camara de Comercio de Cartagena, mi nombre es astolfo Diaz Cardenas
mi Email- astoldiaz1@yahoo.es gracias por tu ayuda , que DIOS te Bendiga.
Paola dice
Buenas noches, disculpa puedo saber que productos químicos vendes para el mantenimiento industrial.
Eugenio Nieto dice
No vendo productos químicos.
Todos los productos, formaciones y servicios están en https://fidestec.com/academia/
Jesus dice
Excelente artículo como siempre haces que lo que nos parezca un mundo desconocido sea muy fácil de comprender y mejorar nuestras técnicas de diagnóstico y reparación. Esperando ansioso nuevos contenidos para ir mejorando como técnicos de reparación
Un saludo y muchas gracias.
arturo dice
saludo desde colombia
gracias por tus valioso concejos y el tiempo que nos dedicas para enseñarnos cosas
Walter dice
Es mi día a día, sin embargo, creo que es masoquismo, he aprendido mucho, tengo que estudiar mucho más que cuando lo hacía en el Instituto y he visto lo amplio, variado he incomprendido que es el mundo del mantenimiento.
Me gustaría que nos contara sobre como realizar un calendario de lubricación para correas transportadoras de las que se usan en envasado de líquidos, a partir de cero y sin tener ningún tipo de información previa.
Saludos y muy buena página¡¡
Alfredo Jose Rodriguez dice
Excelente explicaciòn de problemas de mantenimiento en las Empresas, me has redactado mis experiencias sin conocerme. Muchas Gracias.
Ing. Alfredo J. Rodriguez
Argentina
OskarMaria dice
Excelente.
Jaime Regalado dice
Gracias Eugenio.
Siempre muy útil la información que compartes.
Tal vez si puedes compartir temas relacionados a la electrónica automotriz sería excelente.
Gracias de nuevo.