Hoy leía una noticia en cdecomunicacion.es sobre el sector del mantenimiento. Se dice que el volumen de mercado ha disminuido en 2012 y 2013, y seguirá haciéndolo en 2014.
Estas cifras evidencian una disminución de puestos de trabajo en el sector, lo que siempre es una mala noticia. Sin embargo, hay que saber ver las oportunidades.
Desde todos los niveles se está sacrificando el sector industrial, y también el de la vivienda. Lo bueno es que el futuro no puede ser así. Es imposible, porque si dejásemos morir estos dos sectores, acabaríamos viviendo en cuevas, y cubriéndonos con pieles de los animales que pudiésemos cazar (perdón por la exageración). Aunque nuestros políticos y representantes sociales no tengan un plan para el futuro, no hay muchas opciones entre las que elegir. La gente tiene que trabajar y tener una vivienda, de eso no hay ninguna duda. No sabemos el tipo de viviendas que habitaremos dentro de veinte años, si de propiedad, de alquiler, de obra nueva, restauradas, o iglús de aerogel. Lo que sí sabemos es que alguien deberá mantener en buen estado esas viviendas. Si se construye vivienda nueva, hay que hacer instalaciones, y si no se construye, hay que restaurar, reformar y mantener.
En el sector industrial ocurre lo mismo. Si consumimos, debemos producir. Salvo los países que tienen grandes reservas de materias primas, el resto debe producir algo que pueda exportar. De lo contrario, no generará la riqueza que permita importar todo lo que consuma. Para saber esto no es necesario tener una bola de cristal, ni ser un visionario, ni tertuliano en televisión. Es cuestión de matemáticas. No importa si la industria de los próximos años produce servilletas o naves espaciales, lo que está claro es que la automatización estará cada vez más presente. Y también es evidente que habrá que mantener la maquinaria. Además, toda la industria que se ha perdido con esta crisis, debe reponerse, de una forma u otra. Los que ahora no encuentran un puesto de trabajo porque las empresas han cerrado, volverán a trabajar. No sabemos cuánto tiempo pasará, ni cómo cambiará nuestro entorno, pero sabemos que ese ciclo volverá. Si nuestros dirigentes tuviesen un plan de futuro ideado ya estaríamos viendo los resultados (no en cifras ni estadísticas, sino con la actividad los polígonos industriales), y si no lo tienen nunca, los cambios llegarán, de una forma u otra (me temo que ellos esperan esta segunda opción). No hay muchas más alternativas.
La cuestión es que el sector del mantenimiento no puede tener caídas demasiado grandes, porque cubre demasiadas necesidades básicas, que pueden crecer o menguar ligeramente, pero no puede desplomarse, porque es un pilar de la sociedad desarrollada. Así que, los que nos dedicamos a esto, debemos estar alerta para aceptar y adaptarnos a los cambios, pero no debemos tener miedo a caer en el abismo, porque estamos pisando un terreno muy sólido.
¿Opinas lo mismo o discrepas? Espero tu comentario.
Jose Luis Anton dice
Eugenio, tras ver los 8 primeros temas del curso, ya tengo una idea muy clara de tí como profesional, al menos en el aspecto formativo. Eres muy bueno tio, permíteme la coloquial expresión. Te lo debes haber currado mucho y bien. O quizá no, y este gran trabajo te brotó fácil porque te sobre mucho el talento. Pero pienso que más bien es la conjunción de ambas cosas. Te felicito, y a mí por haber contratado el curso; que además, por ese precio, es un regalo.
Eugenio Nieto dice
Muchas gracias Jose Luis.
La verdad es que el curso ha sido una verdadera odisea de autoanálisis e investigación.
Creo que el único mérito que tengo es que todo esto me encanta, y no me pesa el enorme tiempo y esfuerzo que lleva detrás.
Te agradezco mucho tu comentario, porque a veces uno mismo no sabe si realmente está consiguiendo los resultados que busca.
Saludos